¿Comes o disfrutas?
Ingredientes, recetas, técnicas culinarias, prácticas, horarios, costumbres. La gastronomía va más allá de la satisfacción de nuestro apetito, forma parte de nuestra cultura y despierta todo un abanico de sensaciones en las personas.
Un plato tiene la capacidad de trasladarnos a otro lugar, otros tiempos, despertar recuerdos o generar nuevas emociones. Y alrededor de una mesa vivimos todo tipo de experiencias. Pero, ¿son medibles estas emociones?
“Descubrir el mundo a través de la gastronomía y comer fuera es el hábito más común de los españoles de 25 a 55 años”.
A través de la tecnología neurocientífica podemos analizar el ciclo emocional de la persona durante una experiencia gastronómica.
El objetivo es comprobar los cambios que se producen en la actividad cerebral cuando degustamos un plato, pudiendo establecer el bienestar que genera y la evolución de las emociones que se dan.
Para llevarlo a cabo se utilizan dispositivos de medición de la actividad cerebral, así como de los movimientos del estómago que revelan la motilidad gástrica. De hecho, un aumento de la motilidad gástrica revela una emoción positiva como es la felicidad.
“Existe una relación directa entre el cerebro y el intestino, por lo que la activación emocional puede tener un gran impacto en la motilidad gástrica”.
Porque todos sabemos que la comida despierta todo tipo de sensaciones, pero sólo de esta manera podemos obtener los datos reales sobre lo que nos supone a nivel emocional.