El cuerpo lo sabe
Expresamos emociones de muchas formas. Se nos nota en la cara, nos “traiciona” el lenguaje corporal. Pero no son los únicos. Las contracciones musculares también son un indicador muy útil para la identificación de los estados de ánimo de una persona.
Las emociones tienen un impacto directo en la actividad muscular.
Es por ello que mediante el estudio de estas respuestas fisiológicas frente a diferentes situaciones podemos obtener una imagen fiel de las emociones generadas.
Por ejemplo, en situaciones de estrés experimentamos una tensión muscular momentánea, lo que llevado a una situación de estrés crónico se traduce en dolor muscular y rigidez persistente. Sin embargo, las emociones positivas conducen hacia una relajación muscular, lo que se traduce en una postura corporal más relajada.
Hasta ahí, bien. Pero, ¿cómo medimos la tensión muscular?
Es aquí donde entra el electromiógrafo. Se trata de una herramienta utilizada para la evaluación y el registro de la actividad eléctrica de los músculos que basa su funcionamiento en la detección de señales generadas por las células musculares.
Cuenta con una serie de electrodos que se colocan en la piel capturando las señales eléctricas emitidas por los músculos durante el proceso de contracción muscular. Estas señales se registran en forma de trazados gráficos, comúnmente conocidos como electromiogramas, que muestran la actividad muscular en función del tiempo.
Es un dispositivo ampliamente utilizado en entornos científicos y clínicos, como por ejemplo para el diagnóstico de trastornos neuromusculares y musculares, monitorización de la actividad muscular en rehabilitaciones o tratamientos, así como en la investigación neurocientífica.
Y si nosotros os estamos hablando de él, es por algo. Goli Neuromarketing ha desarrollado el primer electromiógrafo de alta precisión sin cables, el Golineuro Patch. Se trata de un parche desechable, delgado e inalámbrico que mide la tensión muscular, siendo el primer electromiógrafo de alta precisión sin cables.