Tal y como lo recuerdas
Seguro que lo has dicho: “Fue así, lo recuerdo perfectamente”. Y te agarras a esa certeza como si de un dogma se tratase.
Pero no, probablemente no fue así. Y es que nuestra memoria puede engañarnos.
¿Cómo es eso? Porque nuestra memoria no es reconstructiva, sino constructiva, y muchas veces se nos “cuelan” cosas.
Los recuerdos nunca se graban tal cual son en la memoria.
Cuando pensamos en la memoria lo hacemos como si se tratase de una cámara de vídeo que va grabando todo lo que sucede, pero no es así. En realidad, lo que guardamos son claves para poder reconstruir las situaciones, por lo que cuando recordamos no estamos extrayendo un vídeo grabado en la memoria, sino construyendo ese recuerdo en el momento a partir de cómo nos sentíamos o algunas imágenes. Por eso decimos que a veces se nos “cuelan” cosas.
Es decir, colocamos en ese recuerdo cosas que no estaban porque confundimos alguna clave o porque hemos asociado la misma clave a varios recuerdos, lo que provoca que se mezclen.
Cuidado cuando aseguras que las cosas son tal y como las recuerdas, porque probablemente no sea así.